¿Qué es un ecosistema? Existen múltiples definiciones. La de Montes et al. (1998), por ejemplo, es la siguiente:

Un ecosistema es una unidad funcional del planeta de cualquier magnitud, incluida su totalidad, que se auto-organiza en el tiempo y que está estructurada en elementos vivos y no vivos, incluidos los seres humanos, ligados por una trama de relaciones biofísicas de interdependencia.

 

El territorio denominado “Doñana” puede considerarse con unos límites más o menos amplios. Según la definición anterior, cualquiera que estos sean, podría tratarse como un único ecosistema. Sin embargo, a efectos prácticos conviene subdividirlo en varios, y estos pueden ser distintos, según el enfoque que interese.

 

 

El Parque Nacional suele considerarse compuesto por tres ecosistemas que, vistos desde la costa hacia el interior, son: Playas y Dunas, Matorral con arbolado y Marisma. Entre uno y otro hay zonas de transición, y dentro de cada uno de ellos suelen considerarse subdivisiones más o menos claramente definidas.

 

Cuando los límites son más amplios, como por ejemplo los que se han considerado en esta web al georreferenciar los topónimos próximos a Doñana (un rectángulo que llega por el oeste hasta Huelva; por el norte hasta Sevilla; por el sur, hasta Sanlúcar de Barrameda, incluyendo todo su casco urbano; y, por el este, sobrepasando los cascos urbanos de Dos Hermanas y Los Palacios), tiene más sentido considerar las subdivisiones en relación con los usos del suelo. Según este enfoque, se han considerado diecinueve categorías, entre las que están, por supuesto, los tres ecosistemas considerados al tratar exclusivamente del Parque Nacional

 

Estas diecinueve categorías son las que se han tenido en cuenta a la hora de asignar el ecosistema en que se encuentra cada uno de los lugares que aparecen citados en los Cuadernos de Campo (CC). La asignación de ecosistemas a lugares ha servido para confeccionar, dinámicamente y utilizando para ello los datos proporcionados por los propios CC, una gráfica (que aparece incluida en la ficha de cada organismo) en la que se representa, de forma relativa, la preferencia de ese organismo por cada uno de ellos.

 

Los sistemas de Doñana

 

El territorio que llamamos Doñana está formado por tres componentes: marino, fluvial y eólico, en un escenario dinámico en el que han intervenido de forma importante las transgresiones y regresiones marinas que ocurrieron en el Cuaternario. Todo ello ha determinado que exista en Doñana un rico mosaico de ambientes en el que tiene lugar el contacto entre diferentes suelos (de arcilla y arena), y entre el agua dulce, salada y salina. Este mosaico permite la concurrencia de hábitats idóneos para un elevado número de especies animales y vegetales. Doñana es una muestra de transición entre grandes sistemas ecológicos: tierra y mar; Mediterráneo y Atlántico; Europa y África (García Novo, 1987).

 

Atendiendo a su origen geomorfológico, la hidrología y la naturaleza del substrato determinan dos unidades ambientales:

 

  • Los suelos de arena, de origen marino, trasladados posteriormente por el viento, que llamaremos “sistema eólico”.
  • Los suelos de arcillas procedentes del aporte fluvial, que denominaremos “sistema fluvial” o “marisma”.

 

Dentro de estos dos grandes sistemas hay que considerar a su vez subdivisiones.

 

La presencia de estos dos sistemas, que se comportan de forma muy diferente cuando reciben el agua de la lluvia, tiene mucha importancia ecológica. La zona de arenas es permeable, y todo el agua que cae se filtra hasta llegar a una capa impermeable. A partir de ahí, hacia arriba, queda empapando la arena. La de arcilla es, por el contrario, impermeable, y todo el agua que recibe, de la lluvia o por escorrentía, queda en la superficie, constituyendo una gran extensión de aguas someras, con afloramientos más o menos extensos de tierra, de muy baja altitud, muy rica desde el punto de vista faunístico.