En 1964 el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, a través de un Instituto de Investigación creado al efecto, la Estación Biológica de Doñana (EBD), empezó a gestionar una finca de 7.000 ha, a la que llamó Reserva Biológica de Doñana, situada en el corazón de lo que luego fue el Parque Nacional de Doñana. Desde entonces -y aun antes- diversos observadores de campo, en un principio voluntarios y luego profesionales, han confeccionado con las observaciones realizadas en el Parque y su área de influencia los llamados Diarios de Campo de Doñana, conservados como oro en paño en la EBD.

Los Diarios o Cuadernos de Campo (CC) son un conjunto secuenciado y más o menos sistemático de observaciones y comentarios realizados por técnicos cualificados durante sus recorridos por Doñana. Contienen anotaciones sobre una gran cantidad de especies animales, generalmente vertebrados (y sobre todo aves), pero también sobre vegetación, estado del agua en la marisma o las lagunas, etc.

El contenido es secuenciado porque sigue la flecha del tiempo, y es sistemático porque los autores de los CC hacen sus anotaciones siguiendo, casi siempre, una estructura o diseño básico que se conserva anotación tras anotación.

Cada observación genera la unidad básica del Cuaderno de Campo, conocida por el nombre de “registro”. Un CC es, por tanto, un conjunto de registros.

 

 

A principios de 2007 se poseen ya más de doscientos CC, buena parte de ellos con muchas páginas, lo que supone más de doscientos mil registros. Los encargados de su confección realizan un cuaderno al año, pero existen también cuadernos sueltos de observadores muy cualificados que pasaron un tiempo en Doñana y dejaron en la EBD sus anotaciones zoológicas y botánicas.

 

Evolución de los CC con el tiempo

 

La estructura de los CC no ha sido siempre la misma. Los primeros presentaban las observaciones ordenadas por especies y dentro de cada especie por fechas. Se tienen así CC que no reflejan la toma natural de datos, sino el resultado de un reagrupamiento posterior, realizado por el propio observador.

El tiempo, y la inexorable tendencia a no malgastar energía, condujeron a la estructura actual, mucho más cercana a la manera en que se registran las anotaciones en la libreta de campo. Se elimina así la labor de “postproducción” que debía hacer el autor y los registros se empiezan a presentar ordenados temporalmente.

Los CC actuales, por tanto, recogen la información a modo de diario. Este formato (que anota por una parte fecha, hora y lugar y por otra algo que ha sucedido, referido generalmente a una o varias especies animales o vegetales, descrito en un texto) es mucho más cómodo de escribir, pero hace más dificultosa la extracción de datos para ser utilizados en análisis científicos. La información que se suele pedir a los CC se refiere, generalmente, a una o varias especies, lugares y/o aspectos concretos (reproducción, alimentación, mortandades, etc.) y se encuentra, por supuesto, dispersa y entremezclada con otra de todo tipo, en medio de los distintos cuadernos.

 

Obtención de información a partir de los CC

 

Para facilitar la extracción automatizada de información, y sobre todo su filtrado, se ha realizado un etiquetado de los registros a través de un sistema de claves temáticas y estructurales. Este tratamiento posterior lo llevan a cabo técnicos distintos a los autores de los CC y permite, además de filtrar los registros que interesan, utilizando solo los campos estándar de la base de datos (especie, lugar, fecha, autor, etc.), un filtrado adicional por temas, facilitando la obtención de solo (y toda) la información que se desea.

Se ha tenido que hacer así porque los autores de los CC han incluido en ellos todas las observaciones que realizan, sin ceñirse estrictamente a un tipo concreto de información ni a un diseño estandarizado para la toma de datos. En los CC van anotados transectos periódicos, marcaje de aves, censos, comentarios sobre conservación de la naturaleza, dibujos de animales y plantas, diseños de nuevos modelos de trampas para capturar animales o modificaciones de las existentes, observaciones propias o recibidas de otros observadores y, en general, todas las actuaciones y datos que conforman su quehacer diario. Con la implementación de un sistema de extracción de la información adaptado a la forma de realizar las anotaciones, y no una forma de realizar las anotaciones adaptada a las extracciones que luego deben hacerse, se pretende facilitar la confección de los CC. Debe tenerse en cuenta que llevar un diario, durante toda la vida laboral, pasando a limpio cada día las observaciones realizadas (generalmente fuera de las horas de trabajo), aunque gratificante, es una tarea lo suficientemente ardua como para penalizarla además exigiendo un formato de almacenamiento de los datos cuya transcripción resulte penosa (por ejemplo teniendo que poner toda la información en forma de tablas, con una serie de campos, siempre los mismos, etc.).

 

Los censos aéreos de aves, tratados como CC

 

Entre las anotaciones que recogen los CC destacan los censos aéreos de las marismas del Guadalquivir y de la costa de Huelva, que se han venido realizando desde 1973, los de las marismas del Guadalquivir con una periodicidad aproximadamente mensual. En la actualidad hay más de 300. Se censan unas 40 especies de aves acuáticas, fundamentalmente patos, cercetas, limícolas, garzas, cigüeñas, flamencos, espátulas, etc. El censo mayor ha rondado las 700.000 aves, contadas en unas tres horas de vuelo.

Los censos aéreos recogen los datos en tablas, que es el formato habitualmente utilizado por los científicos. Por ello, de toda la información recogida por los autores de los CC, la proporcionada por los censos aéreos ha sido prácticamente la única utilizada hasta ahora para realizar análisis faunísticos de Doñana y su entorno. Actualmente los censos aéreos de cada año están incorporados a la base de datos como un CC más. El reto de este proyecto es conseguir que los científicos interesados en la evolución de la avifauna de Doñana no se limiten a usar para sus cálculos los censos aéreos (con la merma de información que ello supone), sino todos los datos contenidos en los CC, sobre las aves objeto de los censos aéreos, pero también la existente sobre otras muchas especies igualmente interesantes, tanto si se han tomado desde el aire como desde tierra.

 

Campo «Número» y análisis numéricos

 

Cada registro tiene un campo “Número” y, en todos los registros que ha sido posible hacerlo, se ha rellenado este campo con el número de ejemplares que se han observado de la especie de que trata el registro, que suele ser un dato habitual. Este campo permite la aplicación de tratamientos estadísticos simples, a pesar de lo cual serán de interés, dada la extraordinariamente larga serie temporal de que se dispone.

 

Los censos desde tierra

 

Una parte importantísima de los CC es la referida a los censos de las aves presentes en un momento dado en lugares determinados. Hay observadores que llevan muchos años yendo a lagunas, lucios, charcas, colonias, etc. y en lugar de hacer un comentario sobre una especie, o además, realizan un recuento de los ejemplares que allí se encuentran, anotando la fecha y la hora.

Se tienen, por tanto, series largas de censos de aves correspondientes a lugares emblemáticos de Doñana, como la laguna de Santa Olalla, la marisma del Rocío, el lucio de Marilópez, la pajarera de Doñana, Vetalapalma, los lucios del Cangrejo, el lucio de la FAO, los lucios del Lobo, la laguna del Acebuche, etc, etc.

Esta acumulación de información sobre lugares concretos, generalmente pequeños, va a permitir conocer su evolución en el tiempo, sobre todo en lo que se refiere a su capacidad de acoger la avifauna de acuáticas, que es sobre lo que se ha centrado generalmente la toma de datos. La jerarquización de los lugares, de forma que unos están incluidos en otros, permitirá asimismo analizar la evolución de la fauna en unidades zoogeográficas mayores y de más importancia, por una u otra razón, como grandes fincas, ecosistemas, grupos de unidades geográficas de categoría similar, etc.

 

Presentación de la información extraída de los CC

 

Todo lo expuesto es la esencia de los CC de Doñana, aunque probablemente el conjunto de todos los CC significa mucho más que la suma de las partes aquí descritas. A través del sitio web que se ha confeccionado se puede extraer la información, filtrada como se ha dicho, ordenada y presentada de varias formas. Una de ellas es la transcripción literal de un CC, lo más parecido posible a como lo escribió su autor. Otra permite recorrer el Cuaderno, registro por registro, presentándose junto a cada uno de ellos, digitalizada (escaneada), la página manuscrita donde se encuentra.

Los CC que se van a poner a disposición del público se han escaneado completamente, por lo que se dispone de cada uno de ellos en formato manuscrito. En el futuro se pretende que se pueda ir ojeando en la pantalla del ordenador, página a página, cada CC. Esta opción tiene un interés relativo, ya que era la única de que se dispuso (eso sí, en papel) hasta que se fueron transcribiendo a una base de datos, y esta tarea -la transcripción a una base de datos- se empezó a llevar a cabo precisamente porque aquella forma de acceder a la información que contenían era de escasa utilidad para los científicos. Ello no quita, sin embargo, para que sí la tenga para otro tipo de público, que los puede ver como una curiosidad, o para conocer en detalle el interesantísimo trabajo que llevan a cabo los técnicos que los han elaborado. Leer de corrido un CC ayudará sin duda a comprender mejor cómo es Doñana, vista a través de los ojos de personas muy expertas que se mueven día a día por este privilegiado espacio natural.